Una pared se eleva vertical ante el hombre. Éste tiene una pelota en la mano. Una forma esférica como son esféricos el mundo o el espacio. Cada vez que algo se lanza contra la pared, vuelve, como en un espejo de piedra. Si das sinceridad te rebota sinceridad. Si das amor, te rebota amor. Si lanzas rabia, te vuelve rabia.
Pero no siempre, porque una de las características del frontón es que nunca es simétrico, que siempre desvía o deforma la trayectoria de la bola. El frontón no es sólo un juego, sino también una metáfora de la vida. Es también un lugar de reunión y, en definitiva, un microcosmos que representa todo el universo, un lugar para contemplar la lucha del hombre con la piedra. O, lo que en el fondo es lo mismo, con la naturaleza.
“Jai-Alai” es un espectáculo de danza que investiga en ese mecanismo, que no es otro que el de la vida, y el de la lucha con los otros y, sobre todo, con uno mismo. Creado en colaboración con Aukeran Dantza Konpainia para ser representado en la calle, busca, ante todo, provocar emociones en el público: la inquietud, la compasión, el amor, la pasión de la lucha y el esfuerzo, la épica de la batalla…
El espectáculo, concebido y dirigido por Garbi Losada y José Antonio Vitoria, con coreografía, de Edu Muruamendiaraz, fusiona ritmos, melodías y elementos del folklore tradicional vasco con otras sensibilidades, como la de la danza contemporánea, con músicas e instrumentos de distintas procedencias, o sonidos de respiraciones y onomatopeyas al ritmo de las cuales han revisado la danza tradicional, deconstruyendo y revisando sus pasos, y, en definitiva, manteniéndola viva y vigente.
